Rutas

El sendero GR 39, provincia de Córdoba, cuenta con 101 Kms. que recorren los términos municipales de: Torrecampo, El Guijo, El Viso, Belalcázar, Hinojosa del Duque, Valsequillo, La Granjuela, y Fuente Obejuna.

El sendero comienza en el límite de la provincia de Ciudad Real ( Almodóvar del Campo) y la de Córdoba  ( Torrecampo ), en el cual lo delimita el río Guadalmez.

Al llegar a la Ermita de la Virgen de las Veredas coge el Cordel de la Mesta para adentrarse en El Guijo, hasta aquí el sendero coincide con el GR 40.

A partir de aquí el GR 39 continúa en dirección a Hinojosa del Duque por el Cordel de la Mesta pasando por el río Guadarramilla.

En Hinojosa del Duque tomaremos el camino de Sevilla para conectar con el camino de la Fuensanta y llegar a la vía del ferrocarril Córdoba-Almorchón, y siguiendo la dirección de la vía entraremos a Valsequillo. Ya hemos pasado del Valle de los Pedroches al Alto Guadiato.

De Valsequillo saldremos por el camino de la Fuentecilla para llegar a La Granjuela, y de aquí tomaremos un camino vecinal, que pasa por el cortijo Orihuela, para adentrarnos en Fuente Obejuna.

Desde aquí iremos a La Coronada, saliendo por un camino cerca del camping, y conectar en un futuro con Badajoz.

Desde el sur de la Península, el movimiento de peregrinación a Santiago de Compostela a partir del s.X, tuvo lugar a través de la llamada “Vía de la Plata”, conociéndose muchas veces como “Camino Mozárabe” o “Camino de los Mozárabes”.

Fue esa la ruta que siguió Almanzor, de vuelta de Compostela, tras robar y saquear la ciudad y de igual modo el camino de regreso de las campanas, tras la conquista de Córdoba por Fernando III el Santo.

El Camino Mozárabe, una vez en la provincia de Zamora, se desvía por Puebla de Sanabria hacia Ourense y finaliza en Santiago de Compostela.

A lo largo de los 180 kms. de recorrido que unen Córdoba y Granada, se disponen una serie de poblaciones nacidas alrededor de asombrosas alcazabas (Moclín, Alcalá la Real, Alcaudete, Castro del Río). Conocemos el desplazamiento de personas por esos caminos desde el s.XII, gracias a los escritos del geógrafo árabe al-Idrisi.

En la actualidad, parte de esos caminos tradicionales de caballería, incluidos fragmentos de calzada romana, sucumben bajo el asfalto de la N-432, que une la ciudad de la Alhambra con la de la Mezquita.

Camino Mozárabe 1

La visita que se propone comienza en el municipio de Valsequillo, que surgió como aldea de Fuente Obejuna en la segunda mitad del siglo XVI. Su historia más reciente es paralela a la de las poblaciones vecinas de La Granjuela y Los Blázquez: en 1817 se independiza de Fuente Obejuna para constituir, con otras villas, el municipio de Cinco Aldeas, cuyo ayuntamiento se establece en Valsequillo. Poco después, en 1842, alcanza la independencia municipal.

Nuestro destino será Sierra Trapera. Para ello partimos de la plaza del pueblo en dirección a Hinojosa y, a un kilómetro, encontramos un desvío a la izquierda. Cruzamos la antigua vía férrea Córdoba-Almorchón para continuar por una pista ( Camino del Puerto de la Cinta), la cual discurre entre cultivos de cereales hasta llegar a la falda de la sierra. En la lejanía divisaremos grupos de grullas que picotean tranquilamente las bellotas que caen al suelo y, a nuestro paso, bandos de avefrías levantan el vuelo emitiendo su agudo reclamo.

Cerrando el paisaje, se alzan sobre nosotros los relieves cuarcíticos de las Sierras de La Cinta y Trapera, que conservan una vegetación propia del monte bajo mediterráneo, predominando el acebuche como árbol más característico que sobresale entre espesos jarales. Éstos dejan de ser arbustos convirtiéndose en árboles de copa redondeada y densa, acompañados por encinas y, en menor proporción, por alcornoques.

Uno de los elementos singulares del paisaje son los majanos, amontonamientos de piedras que se encuentran en los piedemontes de las sierras, constituidos por terrenos muy pedregosos denominados rañas.

Bordeando la sierra por la ladera de umbría, llegaremos al punto más alto de ésta. Mientras subimos, encontramos varias especies representativas de la vegetación de monte bajo: arbustos y plantas aromáticas ( como la lavanda o cantueso y el romero ) que nos un hermoso colorido cuando florecen a la llegada de la primavera. Las pinchudas coscojas y aulagas dificultan el acceso a la sierra, la igual que el denso matorral de distintas especies de jaras, entre las que resalta, por su aroma y flor, la jara pringosa. Completando la flora característica de la sierra se encuentran la retama, el torvisco, la olivilla o labiérnago, la cornicabra y el madroño, arbusto que se considera un buen indicador de los suelos que no han perdido la fertilidad. Su fruto, junto con los del majuelo, acebuche, lentisco y cornicabra, constituyen la alimentación básica de aves frugívoras que frecuentan estos parajes: mirlo, verdecillo y verderón común, entre otros.

Todo el itinerario es escenario natural de una interesante comunidad de aves. Así, a las abundantes grullas y milanos, hay que sumarles ratoneros comunes, aguiluchos pálidos, bandos de avefrías, rabilargos, palomas torcaces, cigüeñas blancas, cogujadas y perdices. En esta zona, el alimoche común, visitante por excelencia de nuestra comarca, anida en las rocas altas que sobresalen en tierra firme.

Respecto a los mamíferos que merodean por estos parajes, cabe destacar a la astuta jineta y al meloncillo que son difíciles de observar debido a su actividad nocturna y que se alimentan fundamentalmente de roedores, conejos y reptiles abundantes por la zona. En los caminos y cortafuegos, se podrán observar revolcaderos y, cerca de ellos, algún tronco de árbol con restos de barro o con la corteza desgastada, señal inequívoca del paso de los jabalíes, una de las piezas más apreciadas en la caza mayor.

Habrá merecido la pena llegar a lo alto de la sierra para poder disfrutar de hermosos paisajes, como la extensa llanura de cultivo enmarcada por la alineación montañosa que forman las Sierras del Rayo, del Cambrón y del Castillo, pertenecientes al término municipal de Los Blázquez y cuya altitud media es de 750 m. Hacia el norte, obtenemos una visión bastante representativa de la comarca del Zújar, río perteneciente a la cuenca del Guadiana, caracterizado por su sinuoso trazado y fluir apacible de sus aguas.

Cuando descansemos y recuperemos fuerzas volveremos al pueblo por el mismo camino.

 

El arroye Tolote discurre casi en el límite de los términos de Valsequillo y Los Blázquez, a unos 5 Km. de esta última población. Llegamos a él a través de la pista de Monterrubio de La Serena, en la provincia de Badajoz. Podemos dar un agradable paseo siguiendo el curso del arroyo, que avanza sobre un fondo formado por grandes rocas más o menos redondeadas. No esperemos saltos de agua, ni fuertes corrientes; quizás sea en esa tranquilidad donde radique el encanto de este curso de agua. Apenas encontramos vegetación de ribera. Al principio, sólo algunos juncos, aunque, conforme se avanza, van apareciendo zonas de adelfas combinadas con escaramujos y algunos fresnos aislados, que en algunas zonas forman rodales más o menos extensos. En cortos tramos muy localizados encontramos también carrizos y eneas. El paisaje de los alrededores del arroyo lo determina una dehesa aclarada que, de un modo disperso, aparece invadida por jara pringosa, jaguarzo, tomillo, torvisco y retama.

En las arenas de los márgenes del arroyo, se descubren huellas de zorro, tejón y gato montés. Las madrigueras de conejo abundan en los taludes arenosos que forma el arroyo en sus cambios de dirección. Ranas, salamandras y cangrejos de río habitan en estas tranquilas aguas, así como dos especies de galápagos, el leproso y el europeo, especies poco comunes en otros lugares de la provincia. Entre las aves, puede destacarse la presencia de rabilargos, mirlos, avefrías, grullas, milanos y ratoneros.

Formaciones cuarcíticas de unos 700 m. de altitud. Podemos acceder a ellas serpenteando entre jarales y otros matorrales. Una vez en su cima, nos sorprenden narcisos y claveles silvestres, pequeñas plantas con bulbo subterráneo y de singular belleza.

Debido a la abundancia de liebres, conejos y otros pequeños mamíferos, no es raro observar la presencia de milanos reales, aguiluchos pálidos, ratoneros y de la mayor de nuestras rapaces nocturnas, el majestuoso búho real, que escoge este lugar para anidar en las oquedades de las peñas.