La población de Valsequillo parece originaria del siglo XVI; existió durante el siglo XV  únicamente en forma de venta emplazada en el camino de Fuente Obejuna a Belalcázar. Durante el periodo islámico, en su término se registra la ocupación del llamado por las fuentes cristianas de los siglos XIV y XV “Castillo de Aljozar”. Los restos de este castillo, en el que se conservan algunos lienzos de muro y cerámica árabe en superficie, son hoy visibles en el extremo noroccidental de la Sierra del Torozo, que fue conocida durante la Baja Edad Media precisamente como Sierra de Aljozar.

Su término estuvo poblado por fauna salvaje, según testimonia el Libro de la montería de Alfonso XI, y que cita las sierras del Patudo (actual Patuda) y de Alioza (Aljozar, actual Torozo) como cazaderos de osos. Esas  masas forestales serían también empleadas en la obtención de leña, carbón, corteza, instalación de explotaciones colmeneras y caza de animales (conejos, zorros, jinetas) cuyas pieles serían posteriormente utilizadas en la industria cordobesa del cuero.

Partes del mismo serían atravesadas por cañadas de ganado mesteñas que, como en el caso de Los Blázquez y La Granjuela, proporcionan a la zona una de sus principales riquezas económicas.