Jabalí (Sus scrofa. Fam. Suidae)

Los jabalíes reciben distintas denominaciones: guarros, marranos, puercos, y, a los machos, verracos. Muy conocidos por ser una de las más apetecidas piezas de caza mayor junto con el ciervo. En un paseo por caminos y por cortafuegos se podrán observar, frecuentemente, revolcaderos y, cerca de ellos, algún tronco de árbol con restos de barro o con la corteza desgastada, señal inequívoca de la presencia del jabalí.

Presentan un aspecto corpulento y robusto, puede llegar a pesar 80 Kg. y tener una altura de hasta 75 cm. El pelaje es oscuro, casi negro en los machos más viejos, pelo muy fuerte que se le suele denominar cerdas. Las hembras son algo menores y más claras. Los colmillos de ambas mandíbulas están muy desarrollados, sobre todo en los machos, y dirigidos hacia arriba; los de la mandíbula superior (amoladeras) son más gruesos y alcanzan mayor tamaño que los de la inferior. Las crías, denominadas comúnmente jabatos, son de color pardo claro con listas longitudinales más oscuras en el dorso.

Son animales sociables, si bien los machos adultos llevan una vida más solitaria y tan sólo acuden a las hembras para aparearse. El potencial reproductivo es alto. Puede llegar a tener unas diez crías por camada y además puede tener dos camadas por año. Fundamentalmente es herbívoro, aunque también come pequeños vertebrados, invertebrados y huevos.