Desde el sur de la Península, el movimiento de peregrinación a Santiago de Compostela a partir del s.X, tuvo lugar a través de la llamada “Vía de la Plata”, conociéndose muchas veces como “Camino Mozárabe” o “Camino de los Mozárabes”.

Fue esa la ruta que siguió Almanzor, de vuelta de Compostela, tras robar y saquear la ciudad y de igual modo el camino de regreso de las campanas, tras la conquista de Córdoba por Fernando III el Santo.

El Camino Mozárabe, una vez en la provincia de Zamora, se desvía por Puebla de Sanabria hacia Ourense y finaliza en Santiago de Compostela.

A lo largo de los 180 kms. de recorrido que unen Córdoba y Granada, se disponen una serie de poblaciones nacidas alrededor de asombrosas alcazabas (Moclín, Alcalá la Real, Alcaudete, Castro del Río). Conocemos el desplazamiento de personas por esos caminos desde el s.XII, gracias a los escritos del geógrafo árabe al-Idrisi.

En la actualidad, parte de esos caminos tradicionales de caballería, incluidos fragmentos de calzada romana, sucumben bajo el asfalto de la N-432, que une la ciudad de la Alhambra con la de la Mezquita.